jueves, 17 de febrero de 2011

Feliz cumpleaños

Por no poder plantar velas
ni flores encendidas
sobre la tierra que entibia tu pecho
y bajo el polvo que reposa tu cabeza

sembraremos padre nuestro
un rosario de recuerdos compartidos
y sentaremos testimonio
de que tu dormir es un sueño de niños

un árbol florecido en el desierto
al que trepamos descalzos,
y tu poder de estar sin estar
sentado a la derecha de Dios.

Y a la izquierda late el eco de tu risa

Dios, tiene la sonrisa de mi madre
pero no su corazón,
y anda por el mundo
recolectando ángeles para su cielo
sin importarle
si siembra una tristeza,
vacía una silla,
enfría unos zapatos.

Cómo puede dejar al silencio
como único testigo
de los campos donde vagan los potrillos
en busca de un arroyo donde mirarse
y verse correr

más allá de la línea donde atardece tu ausencia
entre el pueblo y la laguna,
cerca del monte,
se levanta la soledad
con sus mármoles y bronces.

Y en esta tierra apuñalada de cruces
donde maduran cigarras
y el hombre cava cunas,
tierra de palma tibia
y paciencia de
madre
paciencia
que espera desnudar los cuerpos
arropados de mundo
y cajones lustrados,

o acaso son árboles muertos
por los que trepan descalzos,
no sé si son sueños o niños

pero todo vuelve, al fin y al cabo,
el viento hoy le ha robado a Dios
un ángel canoso porque cumple años.
Ángel para mi árbol.

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