miércoles, 23 de febrero de 2011

Domingo piel adentro





Ahora suave y suicida
la sombra maternal del domingo cae
sobre el alma como un piano
sobre la cabeza y desde el cielo
los pájaros tensan las cuerdas de la tarde
con un acorde de muertos
y en el ritmo blanco del silencio
los ausentes bailan
con la fría armonía de músicos
en esqueleto
Nadie vino de visita,
¡cuánta justicia!
Hoy es un día para correr a los árboless
abrazarlos
y en el fondo
de rodillas
morder el pasto,
lamer las paredes del patio de espanto

descalzo
recién nacido
 volver al latido
de la tierra dando en los pies,
ser flor para la abeja del miedo
y esta tarde que tiembla por dentro
en el final
los brazos sólo sirven de cuna para los perros

perro y padre, padre y perro
sombra maternal de domingo que cae
sobre este patio pequeño
nadie vino de visita
¡cuánta justicia!

Con qué palabra o ave
comparar este gris de huerto entero
dulce y solitario algarrobo que crece piel adentro,
este sol que nos toma por desierto.
Nadie sabe qué pozo se esconde
debajo del oasis de dientes y labios gruesos
Un espejismo delgado enhebra la aguja de los sueños.

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