martes, 17 de septiembre de 2013



Madre in argentina (perdón) "no saben lo que hacen"

Un niño se ha matado y su madre no me quiere
no me habla siquiera con los ojos me acaricia
y eso mata lentamente mi niño también 
se muerde por dentro las tetas chorreantes
en forma de lágrimas por alimentar Jesucitos en patas
traídos de los pelos de la vida
sus hijos beben desde abajo 
y hacen del agua piedras en su estómago 
y lastiman cuanto se les cruza 
por devolver al mundo lo que les ha dado

incendian perros vivos que corren por el infierno igual a corderos perdidos de Dios
es su madre todo cuanto tienen en esta argentina culturalmente asesinada 
ella los baja de la cruz que tiene tallado por corazón
el árbol de la esquina cuando el sol muere violeta sobre el verde
ríen saltan y no por fe o esperanza 

en los diarios nuestros candidatos se masturban 
con una baja en la edad de imputabilidad 
realizan higiénicas declaraciones 
y beben en las sombras buen vino con empresarios 
y algunos colegas del trabajo abrirán la boca y comulgarán con su voto
mientras en los barrios los chicos se cuelgan
dentro de iglesias en pisos de tierra 
las sogas parecen corbatas 

y su madre no me quiere y sus lágrimas
sus lágrimas apagan la leche vieja urgente
agazapada en sus tetas negras 
 sus lágrimas capaces de reducir a cenizas  
las casillas de madera sobre el campo maldecido
la canchita de fútbol ahogada de lluvia y alcohol
inundada de basura en la esquina 
estufa de esqueletos disfrazados de jóvenes 
intencionalmente despellejados 

potencialmente maestros 
posiblemente albañiles 
podrían también ser artistas   
a quienes han arrancado vivo el cuero de la expresión
el sueño profundo de tener un trabajo fraterno
una mujer suavemente feliz en el patio con su niño y un juguete
un niño que no se mate y una madre que me quiera

esta mujer a quien le quitamos su niño
no sonríe no canta no come 
la lenteja la yerba el arroz repetido
la mercadería saqueada recortada 
por el gobernador amparado por el presidente

 esta mujer sin niño no hace el amor 
 al calor del carbón prendido dentro de casa
inundada de colchones meados de frío y mocos 
de gritos de susto tapados a tortas fritas
el carbón arde sobre la rueda de un auto robado incendiado por policías 
fiadores de falopa cortada 
a pibes rotos a quienes después aprietan
y entonces nos roban la radio de la Organización 
la organización del tiempo y de la sangre 
vertida en relojes invisibles anónimos marginales 
que los afilia al Partido en un juego por estar juntos en la cancha
así mañana nos borren 
esa madre se llama todas las madres
la tuya la de ella la mia la puta la santa

la niña de Claudelina de porcelana y frío
se duerme con su hermanita sobre el pecho 
en una casilla del barro de enfrente donde llueve desde antes de la palabra siempre
esa madre no es el funcionario el administrativo 
secando su sangre en el desierto del sueldo
o el investigador el académico de zapatos huecos
regando de palabras los conceptos brotados de su ombligo
robados al pasado e infinitamente reescritos en el futuro 

no es el militante con culpa de sí mismo 
tranquilamente monja sin objetivos políticos
ni el revolucionario comprometido hasta que se asusta se contrae
cuando ve que para definir en los sentimientos
se produce un momento donde es necesario jaquear la clase de pertenencia 
y algunos objetos por los que se es apreciado socialmente 
porque debo ser coherente en este negocio emocional 

voy hasta el bar pago una entrada y compro una cerveza
desato el moño del paquete nocturno armado por la banda que tan bien suena
podemos estar tranquilos muchachos los pibes no vendrán por nosotros
pues en La Plata los colectivos no casualmente se mueren de 23.30 a 5.30
mientras un niño se ha matado en este olvido sobre olvido 
un grito en un idioma incomprensible golpea la tierra 
la del pequeño de pies pequeños de cuando era pequeño
el niño de la madre pájaro muerto  
lo bajaron del techo de la iglesia una mañana
lo había traído la vida tirada de los pelos.