viernes, 11 de marzo de 2011

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            Hay que tener huevos grandes como tetas en este mundo para ser uno mismo sin caer en objeto de la soledad o el silencio como formas en que se hunde la individualidad. El desafío es trascender el uno sin dejar de ser uno mismo. Uno, el número de la soledad. La elección tiene número porque una sola es la vida. Se nace un día cualquiera, en un hospital o en  una casa pequeña y dentro de un mundo grande que gira en una dirección. No se elige un padre, una madre, un jardín, una escuela, un sexo, un color, un recuerdo, un día para morir.  Sí una profesión, un trabajo, un camino hacia un lugar donde vivir con una mujer, un instrumento que tocar, una forma de volar. El tren pasa una sola vez en la vida, dicen, y después ¿nada? En un espacio, en un tiempo, a una hora determinada si uno no sabe qué hacer con sí  mismo… ¿está perdido? De a uno pasan los días, de a uno los años por una misma piel, y de a un pétalo el tiempo a la flor asesina. De a uno se caen los pelos del pelado hasta que un buen día se da cuenta. De a uno nacen los hermanos hasta ser un puñado, una familia en una foto y una sonrisa a repartir entre las bocas. Un portarretrato donde clavar su cara, un paraguas que te salva de la lluvia. Una mano que te saca a pasear por unos mates, un guiso en un plato un día de invierno. Un corazón en la mano, una entrega un día cualquiera en un banco en una plaza. De a una prenda ella se desnuda, de a una y un poco mas despacio, por favor, despacito que todavía tengo una vergüenza que me hace una cosquilla acá en la panza, de a poquito que de a uno come la gallina y se llena. De a uno, masticá bien y tragá de a uno. De a uno los días se caen del árbol. De a uno se caen los hombres de la vida. Uno a uno se coleccionan los lugares vivos, los amores muertos, de a uno golpean en la memoria y mas de un moretón queda. Un perro nos acompaña con trote de canción, un amigo nos salva de una quebradura emocional.  De a uno se queman los árboles en el bosque. De a uno nos meten en el cajón, de a uno, momentito por favor, no empujen que hay un cielo para todos. De un tiempo a esta parte siempre termino en uno, en un solo tiempo frente a un único espacio. Uno en la vida es un aroma en almohada, en una mañana cualquiera en la vida que deja un amor cuando un día se va. Uno no se da ni cuenta que una sola es la vida. Es mentira que hay un tiempo para todo. Un solo tiempo es muy poco. Uno es muy poco. Es tiempo de dos.
                                                                                                                    
       Agosto de 2005


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