miércoles, 18 de mayo de 2011

Historia de la lágrima


Del balcón a la vereda no viviré un segundo.
Ni el demorar de una hoja o el reposar del invierno
podrían tardar menos en quedarse quietos.
No viviré en adelante de la risa o el lamento,
de los no sé por qué broto en silencio
como el frío en la montaña o el cardón en el desierto.


y no me debo a la música ni a las fotos con sus muertos,
sino a la extraña potencia del ser que arrebata,
sonríe, empuja a clavar el puñal de la birome en el papel
y que la tinta en la sangre trace fonemas y formas
que prefiguran la nada,
son los árboles sembrados en los contornos del cementerio.
Los gritos de los pájaros o de los muertos estallan
desde adentro como una flor.
Cuántas preguntas voces y sonidos esconde el silencio.

1 comentario:

  1. será porque no sé entrar que no te puedo leer. Pero nó, ahora me doy cuenta que el subconciente melleva para donde lo que duele se escape, hoy pude leer las cartas y un nudo en la garganta me atraviesa, y las lágrimas me las trago, y el sabor salobre me recuerda a otros tiempos en que lloraba y no sabía porqué..... aunque sí sabía.
    Vos seguirás escribiendo, yo no sé si me da el cuero para leerte, además descubro que no estoy curada aún de tanta tristeza, tantos abandonos, tantos desencuentros...........

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