domingo, 15 de mayo de 2011

Quizá en Berisso


¿Alguien sabe donde van a morir los pájaros?
Dice un gordo trovador que los ha visto trazando
alegrías de morir sin cruz, bronces ni mármol
en un cielo de cartón y barro, chapas y caballos flacos
Hay un baldío y unos jóvenes más humildes que los árboles
con la mirada rendida de no ir escuela, por no tener trabajo.

¿Alguien sabe donde van a morir los pájaros?
Quizá en las chimeneas de fábricas oscuras
que como tumbas duermen esperando
o en el fondo de aquel río con su puerto desollado
donde entran a lavar los viejos barcos su carne oxidada
y en noches desesperadas de comida las mujeres saben más de amor que de cocina.   

¿Alguien sabe dónde van a morir los pájaros?
Para ahorrarles la fatiga de no encontrar descanso
prepararemos la tierra para sus cuerpecitos grisáceos,
en los barrios sin pan y sin luz, sin Estado y sin trabajo
donde los niños calzan sin medias
y bailan bajo faroles como bichitos gallardos.

¿Alguien sabe dónde van a morir los pájaros?

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