viernes, 28 de marzo de 2014






Esquirlas del 24 

Pronto será 4 de abril, día en que la policía le hundió el cráneo al docente socialista Carlos Fuentealba. En el 2006, un año antes de su asesinato, los estudiantes le habían otorgado la distinción de “Rey del Colegio”. Luego, Fernando Esteche realizó un escrache hijo de la injusticia al ex gobernador de Rio Negro Jorge Sobich por el que caería preso. Sus hijos no los tienen en casa ¿Quién es el verdadero responsable? Hay otro ex gobernador, Carlos Soria, y  sus hijos  no pueden explicar porqué su madre llegó a pegarle un tiro por no pegárselo a sí misma. Esteche fue preso de la bronca y ella presa de la angustia al no poder justificar su infierno cotidiano con argumentos de locura.

Más cerca del asesinato de Fuentealba, el 21 de marzo de la semana pasada fueron liberados y exonerados los policías que le quitaron la vida a Luciano Arruga. Cada 24 de marzo es el presente de Luciano Arruga. Pensar que los crímenes en democracia no trazan una línea de continuidad con la dictadura es un ejercicio por quitarse de la espalda el peso de la historia, fragmentar su geografía política para convertirla en un rompecabezas con piezas de plomo. En términos cotidianos, cada mañana los policías que golpearon y asesinaron a Luciano se peinarán frente al espejo y vestirán de azul, colocarán su arma en la cintura, se subirán a un patrullero o parados en una esquina, observarán detenidamente a tu mujer o a tu hermana, a tu hijo quizá, también a quien podría ser tu novia pero por causa de las arbitrariedades malversadas por el destino, fue sólo esa muchacha que viste alguna vez subir al colectivo en un viaje a capital, y luego al bajarse cruzó la calle, del mismo modo que los asesinos observaron a Luciano la última tarde en que nunca más volvió a su casa.
Fuentealba salió de su casa a reclamar por salario. Luciano Arruga no reclamó nada y lo mataron igual. Un reclamo salarial es, un poco más profundo que el bolsillo, discutir quién en este país se lleva la riqueza y el origen de la pobreza y por qué mecanismo democrático lo permitimos, hasta que un día los trabajadores se organizan y dicen como Esteche, “basta”. En adelante, será necesariamente político quebrar la conciencia y dictaminar perpetua para cuatro trabajadores petroleros de Las Heras, o procesar a los trabajadores de ATE Educación en La Plata por frenar un recorte presupuestario en el 2012.
Sin profundizar en las coincidencias o desencuentros ideológicos con las personas, es sabido los años condensados en procesos políticos que necesita un país para formar cuadros dirigentes. La dictadura militar, de hecho, siempre supo a quién mataba, y por esto asesinó una generación de potenciales dirigentes. Si estos dirigentes vivieran hoy, la militancia peronista no hubiera soportado la contradicción de trabajar por los Derechos Humanos junto a la preferencia presidencial no una, sino dos veces de Daniel Scioli. Sí, es sabido Massa es peor, pues incluso en el amor, para no asumir errores propios siempre hay uno peor y ajeno.
Según datos de la CORREPI, desde el retorno de la democracia, la policía asesinó por gatillo fácil más de 3.100 jóvenes de los cuales más de 1.600 corresponden a los últimos 8 años. Los inglese en Malvinas, mataron muchos menos.
La primera elección de Daniel Scioli para posicionarse como gobernador fue por ser la persona indicada para arrastrar los votos del Macrismo cuyo crecimiento electoral era evidente, y la segunda por consenso acumulado, favoritismo político, y ausencia de voluntad para construir un candidato alternativo. Pero fue necesaria una dictadura militar para dos Daniel Scioli. La simplificación es estúpida pero también sincera, así como la discusión en torno al salario hoy sería saldada a favor de los trabajadores y no de los empresarios. Porque en el conflicto docente como en el resto de las paritarias, el empresariado es un actor invisible pero determinante, intencionalmente ocultado. La educación política de la sociedad, los niveles de formación, la crítica y el debate social actual, también son hijos de la dictadura. Sin proyecto educativo, los pibes se malcrían.
Puede existir el desacuerdo entre qué es cierto y qué es mentira, pero todos sabemos qué es la justicia. Creo es condenar en la práctica, cada uno desde su lugar, lo que destruye el sentido de la verdad. Justo puede ser, condenar este artículo como injusto por no decir la verdad. Si digo que estaba lejos de la Plata el 24 de marzo pero supe por el diario que no salió acerca de la resucitación en las calles de los terroristas de la década del 70’, podrán decir que no es cierto. Pero los vieron por la noche, y la noche es práctica, coloca cada sentimiento y acontecimiento en su lugar.
Se trató de aquellos adolescentes secuestrados, torturados y en un centenar de casos mutilados o castrados y entregados a su familia en cajones sellados. Se trató de desaparecidos y mujeres violadas por varios tipos en una celda y de mamás nunca más mamás porque las desaparecieron o les robaron los hijos. “Nadie es capaz de interpretar qué sentimos y por eso salimos a la calle”, se leía en alguna de sus pancartas. Y se puede coincidir en esto, dado que intentar percibir el dolor de sus cuerpos es humanamente inevitable, pero también se ha convertido en una epidermis usada de trinchera por la miopía deliberada para burlarse de lo más profundo y sincero que puede tener un ser humano, y que son sus sueños posicionados, sus ideales por romper el aislamiento y el individualismo. Por esto otra de las pancartas se leía “Los 30.000 desaparecidos queríamos cambiar las cosas”. Y para eso debieron pensarse (sin la necedad de criticarlo todo para construir nada), como jóvenes inconformistas, lúcidos y sensibles a pesar del paso del tiempo. Quizá esto explique por qué incluso a pesar de asesinados, salieron a la calle en la noche invisible del 24 de marzo.
Parece que también marchaban con ellos Carlos Fuentealba y Luciano Arruga por un Proyecto X que los entristece e irrita profundamente. Son hijos y víctimas de un modelo económico cuya raíz se puede palpar en leyes como la de “Inversiones extranjeras” del 76’, y la ley de “Entidades financieras” del 77’. La Conciliación Obligatoria nació también en la dictadura. Y en el 2014 con discusiones falsas en torno al salario, complicidad y falta de distribución real de la riqueza, las flores continuarán juntándose con sangre. En algún momento esto de mentirse para estar más tranquilos se acabará. A nadie se hace mal por creer que los jóvenes del 70’ desde algún lugar nos miran y la tarea pendiente, es mañana por la mañana, cada uno desde su lugar de verdad, mirarse en el espejo de la justicia firmemente a los ojos y frente a uno mismo evitar que se les mienta. Los 30.000 detenidos-desaparecidos no murieron, viven mas que en el dolor, en los sueños y las ideas de quienes los comprenden y multiplican. Carlos Fuentealba y Luciano Arruga tampoco mientras alguien los quiera y defienda. Pobres, son los hombres y mujeres sin sueños en las ideas. 

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