sábado, 16 de mayo de 2015



Democracia cubana. Rasgos de otra identidad electoral 

Es probable las elecciones políticas más económicas del mundo hayan finalizado en Cuba esta semana. Sin campañas de ningún tipo, sin empresarios que inviertan en candidatos, sin una ciudad empapelada, el 88,30 % ejerció su derecho al voto el pasado 19 de abril para las elecciones a delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular.
De los 27.379 candidatos propuestos en las asambleas previas al 19 de abril cuando se efectuó la primera votación, 12.589 circunscripciones arrojaron un total de 11.425 delegados, de los cuales 1.164 fueron votados nuevamente este domingo en una segunda vuelta por no contar ninguno de sus candidatos con la mitad más uno de los votos.
Alina Balseiro, presidenta de la Comisión Nacional Electoral, ha dicho en repetidas oportunidades que en Cuba no se realizan campañas electorales porque quien nomina es el pueblo. No es de exclusividad ser militante del Partido para poder ser electo, y en esta oportunidad son votos militantes el 59, 24 %, en tanto el 6,55 % integran las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Las boletas en blanco contabilizadas este años fueron del 4,54 %, un número inferior al año anterior de 4,92 %. En cuanto a la participación de las mujeres en los cargos el año pasado, la elección de delegadas femeninas fue de 33,52 % y este año de 34,87 %. Una ascensión semejante se produjo entre los jóvenes, con un 14,95 % por encima del 13,84 perteneciente a las elecciones del 2012. El censo poblacional del 2012 arrojó 11.163.934 de habitantes, de los cuales ejercieron su derecho al voto más de 8 millones, y de los cuales 63.441 jóvenes mayores de 16 años votaron por primera vez.    
Para quienes desconocen su funcionamiento, llega al hogar en marzo una invitación en papel para acercarse a la asamblea de la circunscripción. La circunscripción es un recorte geográfico como por ejemplo una manzana, o también media. En una misma manzana pueden existir dos circunscripciones. Al mismo tiempo, cada circunscripción puede proponer dos o más candidatos o candidatas, pero un candidato nunca puede ir solo a la elección. Existe una tendencia, por conocimiento y visibilidad en el vecindario, a que el candidato o la candidata propuesta pertenezca a un CDR (Comité de Defensa de la Revolución).
Los CDR fueron creados en la década del 60’ como mecanismo o dispositivo de control interno para detener o contrarrestar la infiltración norteamericana en los barrios de Cuba. Son algo así como servicios de inteligencia popular. En la actualidad, después del desgaste ocasionado por más de 50 años, su identidad continúa vigente pero su rol se ha desplazado hacia otras tareas, siempre conducidas al municipio. ¿Por qué no se recoge la basura?, ¿qué ocurre con la sala médica del barrio?. El CDR está en contacto permanente con la policía por cualquier serie de robos que pueda producirse. ¿Qué integrante nuevo vino a vivir al barrio?, ¿cómo y de dónde proviene?, ¿qué hace un extranjero aquí?, ¿quién no está enviando a su hijo a la escuela?, ¿quién vende qué cosa?, etcétera. No existe sin embargo la posibilidad de que alguien venda drogas o cometa un delito sin ser capturado, pues en un edificio de cinco plantas pueden existir hasta tres CDR. En el barrio esto no se traduce en presión o incomodidad pues su presencia siquiera se percibe. Muy por el contrario, trae tranquilidad y organicidad. Sincerarse también equivale a escribir que ningún delegado elevará al gobierno una queja por el precio de los alimentos en le mercado.
Las tareas de los delegados propuestos para integrar el Poder Popular son sin embargo más específicas y vinculadas a presupuesto y contenido político. El nombre y apellido del candidato o candidata propuesta se realiza en la asamblea a voz alzada con una breve descripción argumentativa de por qué esa persona podría ser delegado o delegada. Algunos de los argumentos que se escucharon en la circunscripción de quien escribe estas líneas fueron “porque es una compañera del Minint (Ministerio del Interior), porque es una compañera que participa en cuanto trabajo voluntario se presenta argumentando así su condición de revolucionaria, porque responde a los principios de la revolución,” entre otros motivos.  
A principios de abril, se colocan en sitios de concurrencia pública, como puede ser el caso de una dependencia de gobierno o también un mercado, las fotografías y síntesis biográficas (este año de 27379 candidatos o candidatas propuestas), para que de acuerdo al mérito y la capacidad considerada por cada votante, mejor represente los derechos y cumpla con las tareas propuestas. Finalmente, una semana antes de las elecciones, cada hogar recibe una notificación donde se especifica la sección donde deberá efectuarse el voto, de carácter anónimo y voluntario.  
La divulgación de las biografías como el carácter secreto y voluntario forma parte de los rasgos de la identidad electoral cubana. Como todo sistema electoral es perfectible. Además, los delegados al igual que los legisladores cubanos no perciben salario; no median sueldos o intereses económicos de por medio al momento de representar al pueblo. Eso conserva la voluntad, sinceridad y vocación política de la militancia y la dirigencia.  
  

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