Democracia
cubana. Rasgos de otra identidad electoral
Es
probable las elecciones políticas más económicas del mundo hayan finalizado en
Cuba esta semana. Sin campañas de ningún tipo, sin empresarios que inviertan en
candidatos, sin una ciudad empapelada, el 88,30 % ejerció su derecho al voto el
pasado 19 de abril para las elecciones a delegados a las Asambleas Municipales
del Poder Popular.
De
los 27.379 candidatos propuestos en las asambleas previas al 19 de abril cuando
se efectuó la primera votación, 12.589 circunscripciones arrojaron un total de
11.425 delegados, de los cuales 1.164 fueron votados nuevamente este domingo en
una segunda vuelta por no contar ninguno de sus candidatos con la mitad más uno
de los votos.
Alina
Balseiro, presidenta de la Comisión Nacional Electoral, ha dicho en repetidas
oportunidades que en Cuba no se realizan campañas electorales porque quien
nomina es el pueblo. No es de exclusividad ser militante del Partido para poder
ser electo, y en esta oportunidad son votos militantes el 59, 24 %, en tanto el
6,55 % integran las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Las
boletas en blanco contabilizadas este años fueron del 4,54 %, un número inferior
al año anterior de 4,92 %. En cuanto a la participación de las mujeres en los
cargos el año pasado, la elección de delegadas femeninas fue de 33,52 % y este
año de 34,87 %. Una ascensión semejante se produjo entre los jóvenes, con un
14,95 % por encima del 13,84 perteneciente a las elecciones del 2012. El censo
poblacional del 2012 arrojó 11.163.934 de habitantes, de los cuales ejercieron
su derecho al voto más de 8 millones, y de los cuales 63.441 jóvenes mayores de
16 años votaron por primera vez.
Para
quienes desconocen su funcionamiento, llega al hogar en marzo una invitación en
papel para acercarse a la asamblea de la circunscripción. La circunscripción es
un recorte geográfico como por ejemplo una manzana, o también media. En una
misma manzana pueden existir dos circunscripciones. Al mismo tiempo, cada
circunscripción puede proponer dos o más candidatos o candidatas, pero un
candidato nunca puede ir solo a la elección. Existe una tendencia, por
conocimiento y visibilidad en el vecindario, a que el candidato o la candidata
propuesta pertenezca a un CDR (Comité de Defensa de la Revolución).
Los
CDR fueron creados en la década del 60’ como mecanismo o dispositivo de control
interno para detener o contrarrestar la infiltración norteamericana en los
barrios de Cuba. Son algo así como servicios de inteligencia popular. En la
actualidad, después del desgaste ocasionado por más de 50 años, su identidad
continúa vigente pero su rol se ha desplazado hacia otras tareas, siempre
conducidas al municipio. ¿Por qué no se recoge la basura?, ¿qué ocurre con la
sala médica del barrio?. El CDR está en contacto permanente con la policía por
cualquier serie de robos que pueda producirse. ¿Qué integrante nuevo vino a
vivir al barrio?, ¿cómo y de dónde proviene?, ¿qué hace un extranjero aquí?, ¿quién
no está enviando a su hijo a la escuela?, ¿quién vende qué cosa?, etcétera. No
existe sin embargo la posibilidad de que alguien venda drogas o cometa un
delito sin ser capturado, pues en un edificio de cinco plantas pueden existir
hasta tres CDR. En el barrio esto no se traduce en presión o incomodidad pues
su presencia siquiera se percibe. Muy por el contrario, trae tranquilidad y
organicidad. Sincerarse también equivale a escribir que ningún delegado elevará
al gobierno una queja por el precio de los alimentos en le mercado.
Las
tareas de los delegados propuestos para integrar el Poder Popular son sin
embargo más específicas y vinculadas a presupuesto y contenido político. El
nombre y apellido del candidato o candidata propuesta se realiza en la asamblea
a voz alzada con una breve descripción argumentativa de por qué esa persona
podría ser delegado o delegada. Algunos de los argumentos que se escucharon en
la circunscripción de quien escribe estas líneas fueron “porque es una
compañera del Minint (Ministerio del Interior), porque es una compañera que
participa en cuanto trabajo voluntario se presenta argumentando así su
condición de revolucionaria, porque responde a los principios de la
revolución,” entre otros motivos.
A
principios de abril, se colocan en sitios de concurrencia pública, como puede
ser el caso de una dependencia de gobierno o también un mercado, las
fotografías y síntesis biográficas (este año de 27379 candidatos o candidatas
propuestas), para que de acuerdo al mérito y la capacidad considerada por cada
votante, mejor represente los derechos y cumpla con las tareas propuestas.
Finalmente, una semana antes de las elecciones, cada hogar recibe una
notificación donde se especifica la sección donde deberá efectuarse el voto, de
carácter anónimo y voluntario.
La
divulgación de las biografías como el carácter secreto y voluntario forma parte
de los rasgos de la identidad electoral cubana. Como todo sistema electoral es
perfectible. Además, los delegados al igual que los legisladores cubanos no
perciben salario; no median sueldos o intereses económicos de por medio al
momento de representar al pueblo. Eso conserva la voluntad, sinceridad y vocación
política de la militancia y la dirigencia.
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