miércoles, 3 de octubre de 2012



Esta soledad sin arquitectos, reglas ni parámetros
llegó una tarde de barro arrastrada por un río calmo,
era una vela traída por una viuda
con la mirada de un santo

y fue un hijo en la noche que despierta exaltado
por un extraño sentimiento de muerte
y alumbra una semilla antes del parto
con su canto de madera
el pájaro estremece al árbol 
cuando la luna delata al caracol al platear su camino

brota esta hermosa baratija de flamenco
que viaja sin descanso por el mar desierto
sin testigos, sin distancias, sin aliento
esta soledad rosada y rauda
hermosa y sorpresiva como un viento

un viento de enredadera
que golpea en la campana 
y atrae ángeles con un martillo de silencio
cuando te fuiste Eras sin boca 
porque yo te besaba en laberintos de palabras
donde paseabas con dragones de hielo en los bolsillos. 
Es tarde para decir tarde porque ya es de noche 
y aún te escribo por no buscarte

Porque escribirte es acercarte 
desperezar el llanto en el niño risa
reír amarillo parado en la lengua del canario
recordar chiquicientosmil futuros,
renombrar lo gastado, 
dar con la estrella de tu mano 
que alumbra el piano del silencio, 
subrayar con un tallo las ideas secundarias
las pequeñas estaturas,
visitar al ángel cerrajero y que al fin 
abre al espanto del redondo punto final
sin testigos, sin distancias, sin aliento.
Esta soledad rosada y rauda
hermosa y sorpresiva como un viento.

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