martes, 15 de noviembre de 2011

Marimar



No existe ese azul llamado tristeza. No busquen tal cosa.
Los árboles inventan sus nubes y tormentas
y en los picos de los pájaros,
se aprietan
los nidos, los frutos
que alguna vez en la copa estallaron como alegría entre las manos

mientras los hombres pierden tiempo en salarse el ánimo
los años se cuentan en anillos de madera,
giros de luna alteran los mares,
trazos de estrellas encienden los planetas,
otoños y primaveras hierven en volcanes de palabras,
veranos e inviernos bocetan el destino de las frutas y las abejas.

Cosa muy distinta es que el mar esté lejos, ella esté lejos
el mar rodea su cuerpo con su brazo de fuego azul
y en sus ojos de mar, lejos
navegan barcos muertos

dentro de uno de ellos, lejos
un hombre se ahoga en la boca de una mujer
porque es aquí donde se pueden olvidar los sueños, perder los zapatos
la historia,
es un hombre dentro de una mujer y así sucesivamente.

Desde otro se lanzan redes tejidas con su pelo
contra el hambre
silencioso laberinto de los niños que flota en el mar cotidiano
que llevamos dentro
lejos
el sol flota 
en los ríos azulados de su mar
en la cuna de su pecho circular
no existe la tristeza, vean,
yo les presto esta mujer con que sueño para que rían con ella.

1 comentario:

  1. hermosa tu gallina, tus perros, tus flores, ¡el naranjo!, tu casa, tu cielo =)

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