Sólo el feliz esfuerzo por ser feliz
puede volver de arena la tristeza
en esta vida que es dada sin pedirla,
todo esconde la sonrisa
desde el cuero de la pena
se asoma el azul de la alegría
desde el fondo del mundo y el centro del fuego
puede arder tu cuerpo en un tormento
Nadie vendrá a salavarte,
Nadie vendrá a salavarte,
no existe Dios, padre ni madre
en la comisura del horizonte tú eres hijo de tu hijo
donde se curva el camino
para dar con el ombligo de tu selva
hacia los pájaros que abrigarán a tus hijos
donde el pan y el fuego que uno da se multiplican.
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