sábado, 11 de mayo de 2013







Muerdo desde lejos tus pies cuando mueres cada noche
saboreo el azúcar de tu día libre
luego intento calzarme tus zapatos  
y espero tus párpados se cierren para besar en abismos de distancia
aquellos senderos que andaré sin ti pero conversando de la mano contigo 
masco el mar de pasto donde naufraga tu flor de lana
tejida por osos rojos de barba negra a la espera de mi abeja
y lambeteo los caminos que esperan en sus plantas
las de tus pies si es necesario reafirmo
recupero tu lento morir
para que otros puedan vivir los sueños clausurados
son tus hijos a quienes tapás cuando se recuestan
bajo el paladar de tu techo de mujer y país nunca harto de callar
al que le cortaron los pechos para secar el crecimiento

pero te acostumbrarte a comerte las uñas en la invernada
en la soledad calurosa de tus costas
como si fueran marfil y pariste un elefante con sexo de colibrí
en honor a quienes levantan  vuelo
a pesar de las plomadas de las ley internacional que te cargan  
levantaste historia a pesar del balde de agua en tus alas
donde cada pluma es un hombre o una mujer
viendo a la historia desde antes del ayer
 como a una pequeña hermana atada de manos
echada a andar por el mundo dentado
con un par de zapatos gastados violada y escupida abortando
a cada segundo niños con hambre y en patas
invisibles para el mundo
hasta que el estómago y la carne del pensamiento
dijeron basta y salieron a comerse la tierra entibiada de sol
como un pan negro untado de sangre
desde donde se para mujer tu animal
liberado como recién nacido
y sediento de manos con hambre de horizonte

tu horizonte que murmura al borde de la cama
cada mañana cuando muerdo desde lejos tus pies para saborear tu día libre
bésala en la ausencia sin nudos en la garganta 
bésala aunque no lo sepa no dejes de besar las orillas
de sus alas que contaminan de paisajes cada nido cada pez
cada vuelo con que se muerde las palabras
y humedece tus manos de viento con su figura
impotente invisible de tan empecinada
como besan los ángeles que montan en caballos de hierro
las caras de los perros hermanos de este amor
que sabe callar a la vuelta de tu esquina de arena
y por eso escribimos estas batallas
ganadas con peleas consideradas por los conformistas injustificadas
ellos no saben arriesgar  más que palabras

y la poesía se trasviste en ridícula prosa política cuando surgen preguntas del calibre ¿Cuba tiene futuro?, o sentencias del tipo “Cuba es pobre”; quizá se pueda responder, si verdaderamente existe lo que podría denominarse proyección hacia el futuro, un futuro posible de imaginar colectivo y que el mismo consiste en erradicar la exclusión y el hambre, ¿o no apuntamos en esta dirección?, en consecuencia habría que afirmar que Cuba llegó hace tiempo al futuro. Ahora si sinceramos el deseo individual y confesamos que nuestra idea de futuro se corresponde con avanzar hacia lo moderno con la carga de exclusión y fragmentación cotidiana que esto implica, entonces Cuba vivirá eternamente en el pasado, con la carga simbólica de atraso que al pasado se le adjudica.
Por eso pequeña mujer cuando no estás allí para defenderte cada vez que te nombran, y cometo el error de intentar escribirte el dolor como es este caso, en que te dejamos sola en el futuro, y nosotros en el resto del mundo disfrutando lo moderno tan arcaico, y sufrís el corset de las metáforas y giros comparativos que sólo ponen en evidencia la cobardía de quienes no hacemos más que hablar y llorar pero se nos contrae el cuerpo cuando las palabras se dan vuelta y se convierten en balas, pues aquí en argentina la acción va a contramano de las palabras, tú pequeña mujer que no descansas en el mientras yo tenga poco interesa el país se caiga, y que debiste aprender a caminar descalza dijiste y lo cumpliste, porque esa era la promesa predestinada de tus hermanos y hermanas enterradas y tapadas de nada, aquí en mi panza señores que es mi tierra se acabó lo de que por aquí niños pobres y por allá empresarios sin límites en las ganancias, y te aplaudimos a lo lejos, pero te dejamos sola hasta hoy y a la espera de que caigas en la trampa de ser revolucionaria nada más que en las palabras, las palabras que en un intento por hermanarnos nos engañan.
Pero lo moderno nos dispara con los impuestos que nos cobra todo lo que nos es impuesto y envuelto en el plástico compartido con que nos cubren los sentimientos, dado que nos ahorca con el moño de lo correcto mientras nos invitan a soltar nuestros corderos húmedos de lágrimas para atarlos a la soga que te ahorca. Por eso no te esclavices a los sentimientos con que te oprimen las palabras sino  mas bien corre hacia la templada desnudez de tus mujeres, hacia la inhabitada oscuridad de cuando tu cuerpo era hambre sin contornos, desde aquí los menos te pedimos perdón por no tener a este país de compañero, en tu boca donde muchos quisiéramos humedecer nuestra tierra al ver cómo te estiran con broches de guerra una falsa sonrisa de cara al futuro. Pero tú a quien le duele la pobreza de cada bebé como tu propio bebé no te dormiste en el llanto, sacudiste tu tierra y hasta el Africa lloró tus leones, sacudiste las melenas de tus pájaros y en adelante, la guía hacia tu mapa de sonrisas son todos aquellos  que llevan por decirlo fantásticamente el corazón en el hocico, y amasan su inteligencia con humildad en el bolsillo, porque antes de exhibir los billetes es necesario observar las monedas con que apenas la mayoría puede montarse a un colectivo, y con esa gente sudada en la espalda me abrazas cuando duermes
pequeña pretensión inconclusa
nadaré hasta tu isla de caderas anchas
bajo trenzas de amor abarrotadas de estrellas
donde el sueño de otra posible historia
se incendia aún en las miradas como un árbol desnudo que corre en llamas
en este momento en que te escribo como si pudiera hablarte
cuando hablar bien o mal de tus contornos mudos
no hace la diferencia pues me diste en lo indecible de los sentimientos
inolvidable y solitaria Cuba quiero pedirte perdón
hermana y compañera a quien mi país no te abraza.

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