Muerdo desde lejos tus pies
cuando mueres cada noche
saboreo el
azúcar de tu día libre
luego intento
calzarme tus zapatos
y espero tus
párpados se cierren para besar en
abismos de distancia
aquellos
senderos que andaré sin ti pero
conversando de la mano contigo
masco el mar de
pasto donde naufraga tu flor de lana
tejida por osos
rojos de barba negra a la espera de mi abeja
y lambeteo los
caminos que esperan en sus plantas
las de tus pies
si es necesario reafirmo
recupero tu
lento morir
para que otros
puedan vivir los sueños clausurados
son tus hijos a
quienes tapás cuando se recuestan
bajo el paladar
de tu techo de mujer y
país nunca harto de callar
al que le
cortaron los pechos para secar el crecimiento
pero te
acostumbrarte a comerte las uñas en la invernada
en la soledad
calurosa de tus costas
como si fueran
marfil y pariste un elefante con sexo de colibrí
en honor a
quienes levantan vuelo
a pesar de las
plomadas de las ley internacional que te cargan
levantaste
historia a pesar del balde de agua en tus alas
donde cada
pluma es un hombre o una mujer
viendo a la
historia desde antes del ayer
como a una pequeña hermana
atada de manos
echada a andar por el mundo dentado
con un par de
zapatos gastados violada y escupida abortando
a cada segundo
niños con hambre y en patas
invisibles para
el mundo
hasta que el
estómago y la carne del pensamiento
dijeron basta y
salieron a comerse la tierra entibiada de sol
como un pan
negro untado de sangre
desde donde se
para mujer tu animal
liberado como
recién nacido
y sediento de
manos con hambre de horizonte
tu horizonte
que murmura al borde de la cama
cada mañana
cuando muerdo desde lejos tus pies para saborear tu día libre
bésala en la
ausencia sin nudos en la garganta
bésala aunque
no lo sepa no dejes de besar las orillas
de sus alas que
contaminan de paisajes cada nido cada pez
cada vuelo con
que se muerde las palabras
y humedece tus
manos de viento con su figura
impotente invisible
de tan empecinada
como besan los
ángeles que montan en caballos de hierro
las caras de
los perros hermanos de este amor
que sabe callar
a la vuelta de tu esquina de arena
y por eso
escribimos estas batallas
ganadas con
peleas consideradas por los conformistas injustificadas
ellos no saben
arriesgar más que palabras
y la poesía se trasviste en ridícula prosa política
cuando surgen preguntas del calibre ¿Cuba tiene futuro?, o sentencias del tipo
“Cuba es pobre”; quizá se pueda responder, si verdaderamente existe lo que
podría denominarse proyección hacia el futuro, un futuro posible de imaginar
colectivo y que el mismo consiste en erradicar la exclusión y el hambre, ¿o no
apuntamos en esta dirección?, en consecuencia habría que afirmar que Cuba llegó
hace tiempo al futuro. Ahora si sinceramos el deseo individual y confesamos que
nuestra idea de futuro se corresponde con avanzar hacia lo moderno con la carga
de exclusión y fragmentación cotidiana que esto implica, entonces Cuba vivirá
eternamente en el pasado, con la carga simbólica de atraso que al pasado se le
adjudica.
Por eso pequeña mujer cuando no estás allí para
defenderte cada vez que te nombran, y cometo el error de intentar escribirte el
dolor como es este caso, en que te dejamos sola en el futuro, y nosotros en el
resto del mundo disfrutando lo moderno tan arcaico, y sufrís el corset de las
metáforas y giros comparativos que sólo ponen en evidencia la cobardía de
quienes no hacemos más que hablar y llorar pero se nos contrae el cuerpo cuando
las palabras se dan vuelta y se convierten en balas, pues aquí en argentina la
acción va a contramano de las palabras, tú pequeña mujer que no descansas en el
mientras yo tenga poco interesa el país se caiga, y que debiste aprender a
caminar descalza dijiste y lo cumpliste, porque esa era la promesa predestinada
de tus hermanos y hermanas enterradas y tapadas de nada, aquí en mi panza
señores que es mi tierra se acabó lo de que por aquí niños pobres y por allá
empresarios sin límites en las ganancias, y te aplaudimos a lo lejos, pero te
dejamos sola hasta hoy y a la espera de que caigas en la trampa de ser
revolucionaria nada más que en las palabras, las palabras que en un intento por
hermanarnos nos engañan.
Pero lo moderno nos dispara con los impuestos que
nos cobra todo lo que nos es impuesto y envuelto en el plástico compartido con
que nos cubren los sentimientos, dado que nos ahorca con el moño de lo correcto
mientras nos invitan a soltar nuestros corderos húmedos de lágrimas para
atarlos a la soga que te ahorca. Por eso no te esclavices a los sentimientos
con que te oprimen las palabras sino mas
bien corre hacia la templada desnudez de tus mujeres, hacia la inhabitada
oscuridad de cuando tu cuerpo era hambre sin contornos, desde aquí los menos te
pedimos perdón por no tener a este país de compañero, en tu boca donde muchos
quisiéramos humedecer nuestra tierra al ver cómo te estiran con broches de
guerra una falsa sonrisa de cara al futuro. Pero tú a quien le duele la pobreza
de cada bebé como tu propio bebé no te dormiste en el llanto, sacudiste tu
tierra y hasta el Africa lloró tus leones, sacudiste las melenas de tus pájaros
y en adelante, la guía hacia tu mapa de sonrisas son todos aquellos que llevan por decirlo fantásticamente el
corazón en el hocico, y amasan su inteligencia con humildad en el bolsillo,
porque antes de exhibir los billetes es necesario observar las monedas con que
apenas la mayoría puede montarse a un colectivo, y con esa gente sudada en la
espalda me abrazas cuando duermes
pequeña
pretensión inconclusa
nadaré hasta tu
isla de caderas anchas
bajo trenzas de
amor abarrotadas de estrellas
donde el sueño
de otra posible historia
se incendia aún
en las miradas como un árbol desnudo que corre en llamas
en este momento
en que te escribo como si pudiera hablarte
cuando hablar
bien o mal de tus contornos mudos
no hace la
diferencia pues me diste en lo indecible de los sentimientos
inolvidable y
solitaria Cuba quiero pedirte perdón
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