lunes, 12 de diciembre de 2011

Libertaria


(Este texto está siendo publicado con suma verguenza, no convence por ningún lado, lo corregiría incansablemente, pero tiene diez años y es una forma de hacerse cargo y asumirse, en honor a "El Principito", si uno aprecia la memoria y no reniega de quién fue. Tiene además adentro ese "maldito gusanito" que pudre tantas veces los textos y se llama "memiyo". Muchos me, muchos mi, muchos yo. Ni qué decir de las horrendas súplicas del final).


- Hoy para mi suerte la noche te presenta. A pasado tan ancho y largo tiempo que no recuerdo cuando fue la última vez en que te libraste del cansancio de esperarme. Hay una ventanita que se descubre cada vez que amaneces; una mano que acaricia las cuerdas y entonces me escucho.
- Aquella remota vez que descendí hacia vos mi cuerpo sacudiste tus represiones, y entre el refriegue inmaduro de tu cuerpo y el latido infantil de tu corazón cantaste tus verdades.
- La impotencia cautiva se libera con el aclarar de tu presencia. Mis secretos se revelan frente a tu retórico cuerpo que se manifiesta como atractiva pregunta. Callo ante la gente donde la soledad se presenta como fatalidad en mi destino. Sobrevivo a ellos y a su artificio de mentiras, absorto en la melodía que grabó en mí tu figura.
- ¡Vuela conmigo! ¿no te produce miedo la infertilidad de tu alma?
- Frente a proyectos de vida que se condensan en sueños fugaces, pantallas liberadas y libros enceldados, pájaros privados del cielo y la dignidad de verte, el escepticismo de cara al trajinar moderno lo resguarda. … ¿Cómo pueden emanciparse llorando criaturas como vos entre tanta virilidad suelta?
- La libertad brota desde adentro, es la piedra angular del autoconocimiento y en esto coincidimos. Basta concebirla en el espíritu y ser perseverante… su emancipación es tardía pero al fin, dolorosa, la flor se libera. Pero no intentes dispersarme, ¿qué te ata a esta tierra?
- Puedo desligarme del sueño limpio de ser padre dado que considero que el mundo, descuidado y maltratado como está, no se encuentra en condiciones de cuidar, regar y proporcionar suficiente sol a mi renacimiento. Yo en cambio puedo transcurrir, a esta tierra no pueden encadenar mas que la carne… la gente cree verme cuando en realidad vuelo hacia el interior de mi pensamiento que incansable te busca.
- ¿Y cuánto me necesitás con lo mucho que te querés?
- Más que la luna del verso lobuno y el firmamento del vuelo de las aves. Con sólo decirte que cuando me alejo de ti sufro una conversión metafísica. Sobrevivo entonces como dualidad absoluta, cuerpo terrenal y alma celestial que busca sobrevolar tu universo platónico. De suerte que aún sabiéndote lejos mi pensamiento te toca y la nostalgia con sabor a nuez que te atesora y a tu imagen obedece hace que emerjas entre lo incierto, aparente e inconsistente del paisaje. Como la música que escucho, te abres paso con tu armonía en medio de la disonancia. A tu alrededor el mundo revela sus imperfecciones y se torna un lugar superfluo, sucio e inseguro; de ahí que la mayor protección la descubra en mi interior, jardín donde te conservo. Tiempo atrás, por asociar el infinito con lo recóndito de tu cielo, me arrugué por buscarte entre planetas oscuros y estrellas fugaces.
- Sin embargo de cuando en cuando te alejas y la gente te retrata sonriente como un querubín…
- Sé de tu llegada. El pájaro en cautiverio se acurruca en su cantar, mas nadie entreoye sus matices de lamento.
- ¿Y por qué extraña razón tu pensamiento se ausenta de ti durante la noche?
- Todo esclavo aguarda para escapar que se desplome la luz. Mi anhelo hacia vos es desmedido y se desboca a tal punto en el inconciente que tímido e inseguro de sí mismo, sólo se atreve a volar en la penumbra.
Hoy que para mi suerte la noche te presenta,  te encuentro y me descubro. Retorna a mí nuevamente. Hay una ventanita que me descubre cada vez que amaneces; una mano que acaricia mis cuerdas y entonces me escucho. Mi palabra cautiva se libera con el aclarar de tu presencia…por favor, no me abandones entre la gente, que la soledad se proyecta como una sombra fatal sobre mi destino.
                                                                                                                                   
                                                                                                                                         Febrero de 2002.


                                                                                                       

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