martes, 17 de junio de 2014

Padre patria, perdón por esta inconformidad. Confieso estoy desenamorado de tu ideología. Pero interpreto ser correcto con la persona que se ama es peor que mentirle a la tierra. Perdón por no poder ya ser feliz en la ignorancia intencionada. Debía salir del oportunismo y lanzarme hacia la libertad por respeto a la palabra, sospechar de mí para aprender de los demás. Porque primero está el mundo, luego crecer. 
Hubo un abrazo, una caricia tatuada en un lenguaje incomprensible para quienes no están en nuestra piel que empujó a abrir las alas y romper con la sangre y con la tinta. Como los árboles rompen las baldosas cuando el hombre intenta encerrar sus pies. Sólo quiero decirte que alejarme de tu estación fue dar con la madera. Dijiste vida y escuché libertad. Cometiste el error de darme el verbo azul. Un par de circunstancias lo volvieron rojo. 


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