viernes, 28 de junio de 2013


Padre nuestro

Por no poder plantar velas o flores encendidas
sobre la tierra que entibia tu pecho
y bajo el polvo donde reposa tu cabeza
sembraremos padre nuestro 
un recuerdo de rosarios compartidos
y sentaremos testimonio
de tu dormir en el sueño de niños

un árbol florecido en el desierto al que trepamos descalzos
y tu poder de sobreponerte a la ausencia
sentado a la derecha de Dios 
y a la izquierda late el eco de tu risa
Dios, tiene la sonrisa de mi madre
pero no su corazón y vaga por el mundo
recolectando ángeles para su cielo 
sin importarle si siembra una tristeza
vacía una silla, enfría unos zapatos
o se muere la mesa

cómo puede dejar al silencio de testigo 
por los campos donde aún ríen los potrillos
en busca de un arroyo donde mirarse y verse correr
más allá de la línea donde atardece tu ausencia
entre el pueblo y la laguna
cerca del monte la soledad se levanta
con su espalda de mármoles y bronces

y en esta tierra apuñalada de cruces 
donde el hombre cava cunas
arropadas de mundo de flores marchitas
y cajones lustrados
o acaso son árboles por donde trepamos descalzos
no sabemos si se trata de sueño o de niños
pero tu río es el único que vuelve
al fin 
y al cabo del sol
el viento le roba a Dios
un ángel canoso el día de su cumpleaños
cada día ángel para nuestro padre árbol. 






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