Es tu nombre. Las
letras de tu rosada desnudez
tiemblan en la
noche pálida congelada de azul.
La noche es una
ballena criada en silencio bajo los mares del alma.
Allí donde espero a
los pájaros con sus agujas señalándome el estallido.
La dulce hora de tu
primavera inmortal.
Tu sombra devorando
la claridad hasta encontrarnos
en esta cárcel de
ternura y arena donde levanto una estatua de silencio,
rodeado de trompetas
de cristal caídas del cielo a salvo de la muerte,
me ahogaré en tu sangre
de paloma hirviente.
Nadaré en tu inquieta
saliva de mariposa.
En tus labios de
peces y espuma.
Con mis labios
pulsaré las teclas del piano detrás de tus labios.
Mis labios hechos
para tu espalda, tu espalda de toro
alimentado a lunas
y amapolas.
Y estos labios de
pan duro listos para ser hundidos en tu leche.
Estos labios listos
para dar vuelta la página y descifrar la tinta
de tu pulpo de
pelusa.
La tinta de tu lobo
nocturno acariciado por la lengua de mi hombre.
Ahora cae la luna y
no estamos juntos para gritarlo.
Para apretarnos las
manos como dos astronautas
arrojados al misterioso
agujero negro del amor,
sobre los adoquines
de madera y las casas de piedra y los árboles verdes,
pasan los días
sucumben las noches y tu nombre no está conmigo.
Tú nombre cubriendo
tu cuerpo tu fruta en mi boca inmadura
Tu nombre explotando
de nuevas palabras en la madrugada
eclipsando el
blanco planeta de polvo flotando en el espacio,
tu nombre es un
barco de metal brillante perdiéndose
en el mar cargado
de pescadores ebrios.